Guiados por Don Joaquín Hernández, un lugareño que le basto un saludo para llenarnos de sus historias y a mi sin importar "conocer" el camino para llegar a las pirámides, en esta ocasión solo me deje guíar, al igual que mi compañero en esta aventura, el reciente amigo Alejandro. Nos pudimos percatar que la energía del lugar mantiene fuerte a la generación de los hombres que parece fueron hechos de hierro, tan firmes, llenos de sabiduría que va incluso fuera de la comprensión. Don Joaquín en repetidas ocasiones dijo -Las personas que hicieron esto (refiriéndose a las piramides y demás vestigios)  tenían mucha mente, eran muy chingones- y sin dudar nosotros creemos lo mismo. El simple hecho de estar cerca de la zona te hace vibrar de la energía que aún se concentra ahí, muy a pesar de que la zona esté prácticamente en ruinas y como nos comentaron, hace realmente poco que comenzó a surgir interés por intentar hacer algo. Nos cuentan que sería Víctor Domínguez el primer presidente en mostrar dicho interés, proponiendo, junto con otras personas el intentar rescatar la zona, sin embargo al ser una zona muy extensa se necesitan de muchas manos. En el mes de Marzo se abre la zona al público, los locales se ponen de acuerdo y limpian la zona antes de que llegue el solsticio de primavera para que la zona reluzca en su máximo explendor, además de que los locales hacen comida y rica agua de fruta para la venta a los visitantes.